lunes, 15 de junio de 2015

I

Uno, dos, cuatro, cinco, seis, nueve y diez. La pequeña hacía trampa al contar, pero a él no es que importara mucho; al fin y al cabo tenía presente desde el principio cual iba a ser su escondite super secreto. Uno, dos, cuatro, cinco, seis, nueve y diez, canta jocosamente la pequeña mientras lo busca en todos los rincones de la casa. Él respira despacito, para que su respiración no delate su excelente ubicación. Y es que no es solo un excelente lugar para ocultar al jugar al escondite, es el lugar donde se escondía cuando le dolía adentro, cuando necesitaba dormir para apagar ese vacío en el pecho. Su mami le decía que era solo un espasmo, Pero él tenía bien claro que era imposible que Juanita produjera espasmos con la mente...no?

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