lunes, 9 de abril de 2012

Duele. Es extraño porque es un dolor realmente placentero, ya sabrás tú, de esos que te exprimen la primera lágrima de ambos ojos; y sí, es una lágrima fragmentada en dos que logra su unidad en la barbilla, tras haber recorrido libremente los rojizos pómulos. Esa lágrima que significa sufrimiento y felicidad al mismo tiempo. Insisto, es extraño pero al mismo tiempo único..es maravilloso y provoca un gran peso en tu pecho..te lo aseguro. 

El dolor nace del corazón. Crece como un germen a tu cabeza y justo ahí, cuando se apodera de tu mente y de todo lo que eres, manda rayos al resto de tu cuerpo, pasando al pecho y posteriormente a los ojos. Es increíblemente ingenioso y perfecto la manera en que actúa el cuerpo. Es tan sincronizado, tan saludable, tan conocedor que te acompaña en tu sufrimiento y lo siente, de verdad lo hace. Y sabes que es lo más increíble? Que no lo te sientes así porque estás rota, o te han hecho daño, sino porque él está mal y la impotencia me carcome por dentro. Una y otra y otra vez puedes ver esa infelicidad en sus ojos detrás de la necesidad que expresa por ti cada vez que te mira fijamente. Y se siente, claro que sí. Y sabes que es lo más chistoso? Que estás dispuesta a seguir entregándolo todo porque esa mirada se vaya de sus ojos y lo único que puedas ver es esa anhelada felicidad que tu misma sientes cada vez que piensas en él. 

Amor, creo que lo llaman. A pesar de todo, sin darte cuenta, estás aprendiendo. Él te está enseñando lo primero que todo el mundo debería aprender en ese espinoso tema. Amar es entregarlo todo sin esperar nada a cambio, y es verdad, lo juro. Puede que solo pidas una cosa, es insignificante e importante. Tal vez me estoy equivocando y estas son solo palabras de una primípara empedernida e ilusionada que ha visto muchas veces "Moulin Rouge" pero lo cierto es que de alguna manera lo siento como si fuera la absoluta y sincera verdad. Dijiste que estar enamorada era una ilusión y amar una realidad, pues bien, yo lo siento como lo mismo, porque solo existes tú y tú sufres y yo sufro porque mi felicidad depende de la tuya. Cúentame todo, amor, recuerda que soy tu amiga, no una desconocida; recuerda que te regalo mi vida, comparte tu mente conmigo.